viernes, 7 de marzo de 2008

arte de la escucha del lenguaje del cuerpo humano

Existe un sistema situado entre los huesos del cráneo y el cerebro, y que continúa dentro de la columna vertebral hasta el sacro, al que se le denomina cráneo-sacral.

Es un sistema hidráulico cerrado, con su propio ritmo fisiológico, y donde por el interior de estas estructuras fluye el líquido cefalorraquídeo que baña, limitado externamente por la meninge duramadre (cobertura de protección), la médula y el cerebro. Esta fluctuación del líquido a través de su recorrido tiene un ritmo de subida y bajada que se le denomina movimiento respiratorio primario (mrp), ya que fue anterior al movimiento respiratorio pulmonar, que no comienza hasta que nacemos, y se puede percibir como una fluctuación en forma de marea, creada por la potencia del Aliento de Vida.

Este ritmo consiste en unas pulsaciones de seis a doce por minuto, causadas por la rítmica producción y reabsorción del líquido cefalorraquídeo.

Este fluido, claro e incoloro, se produce en el cuarto ventrículo del cerebro por filtraciones y secreciones de las redes capilares llamadas plexos coroideos, y circula por la membrana dural que rodea interiormente los huesos de la cabeza. Bajan por el interior de la médula espinal hasta el sacro, volviendo de nuevo por la médula espinal hasta el cerebro, siendo gradualmente reabsorbido por las venas. Esta producción rítmica y la reabsorción del fluido generan una expansión general del cuerpo cuando el sistema se llena de él (flexión), y una contracción general cuando el sistema se vacía (extensión). Es la razón por la que los huesos de la cabeza tienen un micromovimiento a través de las suturas óseas, permitiendo el ritmo de expansión-contracción Este pulso se trasmite por las terminaciones nerviosas a todo el tejido conjuntivo, que envuelve los órganos y músculos.

0 comentarios:

Design konnio.com